Reducción de Pecho

La reducción de pecho o mamoplastia de reducción es un procedimiento quirúrgico para disminuir el tamaño de las mamas, mediante la extirpación de grasa, tejido mamario y piel, haciéndolas más pequeñas, ligeras y firmes. Además, también se puede reducir el tamaño de las areolas. La finalidad de la operación reducción de pecho es proporcionar a la mujer unos pechos más pequeños y con una forma más proporcional al resto de su cuerpo.

Esta operación de mamoplastia de reducción está especialmente indicada para aquellas mujeres con mamas de gran tamaño que asocian alguno de los siguientes problemas:

  • Dificultades para llevar una vida normal: hacer deporte, encontrar ropa adecuada, dolores de espalda, etc.
  • Erosiones y eczemas en la piel que está debajo de las mamas.
  • Complejos por el volumen mamario que afectan a sus relaciones personales y a su autoestima.
  • Mamas asimétricas o muy caídas.

A la vez que se elimina el exceso de tejido mamario se remodela la mama para darle una apariencia más juvenil, eliminando la flacidez y el exceso de piel y recolocando la areola y el pezón en el lugar que le corresponde. Habitualmente es necesario realizar una cicatriz alrededor de la areola y otra con forma de “T invertida” vertical en el polo inferior del seno y en el surco submamario. Suelen ser bien toleradas por las pacientes, debido a que se obtiene un pecho más rejuvenecido. La recuperación suele ser muy buena, ya que es una intervención que ocasiona pocas molestias.

En nuestra Unidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de León realizamos esta cirugía de reducción de pecho bajo anestesia general con el fin de ofrecer la mayor seguridad a nuestras pacientes. La intervención dura aproximadamente unas dos horas y media. Al día siguiente de la operación la paciente podrá irse a su domicilio sin vendajes y en los días posteriores la volveremos a ver para realizar las revisiones necesarias e iniciar el tratamiento con fisioterapia. Al cabo de unos días se podrá incorporar a su vida laboral con total normalidad.

Detrás de cada intervención hay un gran equipo humano integrado por enfermeras, anestesiólogos y médicos de guardia, que cuida de que todo transcurra perfectamente y con la máxima seguridad tanto durante el tiempo que la paciente permanece ingresada el hospital como cuando esté en su domicilio.