OTOPLASTIA

Las orejas prominentes o despegadas (en soplillo) pueden producir graves problemas de relación personal y afectiva sobre todo en los periodos finales de la infancia y comienzo de la adolescencia. La mayoría de los cirujanos plásticos recomendamos a los padres observar el comportamiento del niño en relación a sus orejas prominentes, ya que no se debe insistir en una operación de orejas hasta que el niño así lo desee. Aquellos niños que se encuentren a disgusto con sus orejas y quieren operarse, cooperan más durante la intervención y están más contentos con el resultado.

Es aconsejable esperar hasta los 5 o 6 años de edad, ya que a esta edad prácticamente se ha completado el desarrollo de la oreja. Esta cirugía de orejas se puede realizar perfectamente también en la edad adulta. El procedimiento consiste en realizar una pequeña cicatriz detrás del pabellón auricular que sirve para eliminar el exceso de piel y moldear el cartílago de la oreja para que adopte la forma deseada. La localización de la cicatriz hace que esta sea prácticamente imposible de ver, incluso en aquellas personas que lleven el pelo corto.

En nuestra Unidad Plástica y Estética en León realizamos este procedimiento de otoplastia con anestesia local, salvo en el caso de los niños, que en función de su edad puede ser aconsejable la anestesia general. La operación de orejas dura aproximadamente una hora y tras finalizar el paciente se podrá ir a su casa. Los resultados que garantizamos son siempre naturales y una vez haya desaparecido la inflamación se podrá llevar una vida completamente normal.

lobuloPLASTIA

Los lóbulos de la oreja rasgados en el orificio del pendiente es un motivo de consulta frecuente en nuestra Unidad Plástica de León. Puede ocurrir que, tras un traumatismo, llevar pendientes pesados o dormir con ellos produzca una elongación del orificio e incluso que éste se rasgue completamente e imposibilite llevar pendientes. La corrección se denomina lobuloplastia y consiste en un sencillo procedimiento con anestesia local en el que se refresca y cierra ese orificio donde inicialmente estaba el pendiente. Al cabo de unos días se realiza al lado un orificio para el nuevo pendiente, que además ocultará la pequeña cicatriz que se originó al cerrar el antiguo en la lobuloplastia. Si lo realizásemos sobre la cicatriz antigua podría rasgarse de nuevo con facilidad.